LIBRO DE LOS MERITOS DE LA VIDA
El Liber Vitae Meritorum, "Libro de los méritos de la vida" (1158-1163) es una guía de cómo adquirir merecimientos, a fin de evitar o reducir, por medio de la penitencia en esta vida, cualquier posible castigo futuro. Es una de las tres obras magnas de Santa Hildegarda, que la vió y dictó después de haber acabado el Scivias y antes de comenzar el Liber Divinorum Operum.
Está dividido en seis partes. En las cuatro primeras un Hombre mira hacia cada uno de los cuatro puntos cardinales y en la quinta contempla la totalidad del orbe. Las cinco siguen el mismo esquema. En la sexta el Hombre remueve los confines de la tierra, en el sentido que se explica posteriormente.
En el centro del universo está un Hombre que es el eje central de la exposición y que tal como se concreta en el texto, es Dios. Hildegarda, por dictado de la Luz Viviente, lo describe por medio de símbolos, detalla su situación y sus acciones, y explica sus alegorías. Entre sus muchos rasgos, cuenta que de su boca salen tres vientos que llevan cada uno una nube de diferente naturaleza, y desde ellas una voz hará de contrapunto a los vicios.
Del Norte, "que acoge en sí al ser malvado que se opone a Dios", se extiende una niebla en la que Hildegarda ve una serie de imágenes alegóricas.
En estas cinco primeras partes, ve y describe un total de 35 imágenes, cada una representa un vicio que hace un parlamento en el que intenta justificar su actuación.
Después de presentar cada vicio, de la nube que brota de la boca del Hombre sale una voz: la de una virtud que se opone al anterior vicio y refuta y le echa en cara sus argumentos y luego explica cual debe ser el recto proceder.
Analiza los detalles de cada imagen que sale de la niebla, y explica qué vicio figura y por qué lo representa así. Comenta aspectos morales relacionados con cada vicio, su comportamiento y su sentido, apoyado por citas bíblicas.
Cada una de estas cinco primeras partes termina con la exposición de los castigos reservados a quienes cometan esos pecados, y la penitencia que el hombre debe realizar en vida si quiere verse libre de los diablos que le tientan con ese vicio y evitar los castigos reservados, para toda la eternidad, a los que por él pecan.
La sexta parte, la última, todo se remueve, hasta los cuatro confines de la tierra. No habla de vicios sino que detalla los lugares reservados en el cielo a las almas de los bienaventurados y el tipo de atributos y gozos que tendrán según la vida terrenal que hayan tenido. Al final del mundo, Dios manifestará su poder y cambiará esta creación en otra nueva aún más maravillosa.
Pero el libro no es solo una confrontación entre vicios y virtudes, sino que también explica parte de la batalla que, iniciada con la rebelión de Lucifer, debe librar el hombre para llegar a su Creador, que es la beatitud y la suprema felicidad. La batalla terminará con la victoria final de Cristo a quien todo se someterá el último día. Habla del día a día del cristiano, de los peligros y seducciones que le acechan para distraerle y apartarle de su objetivo final que es la salvación y la visión del Creador. También habla del amor de Dios, que sugiere al hombre el arrepentimiento y le exhorta a la penitencia.
El Liber Vitae Meritorum es una detallada y originalísima exposición de las tendencias latentes en la mente humana que son gravemente erróneas. Hildegarda las expone en forma de iconos, después las formula y finalmente la Verdad rebate sus argumentos. Es un tratado completo de psicología desde el punto de vista divino.
Es un libro didáctico, en el que Dios explica su Creación y cómo quiere que sus criaturas gocen de su esplendor. Las crea libres, premisa fundamental para que libremente se adhieran a Él, y refiere cómo Lucifer y sus seguidores se niegan a reconocerle y por ello creó para ellos el infierno, situado en el Norte. El hombre fue creado para ocupar los puestos que los seguidores de Lucifer dejaron en las mansiones celestiales. Lo creó a su imagen y semejanza, con cuerpo material y alma espiritual, y libre. Pero el hombre hace caso a las insidias del demonio que quiere oponerse a Dios por medio de su obra. Desobedece a Dios, pero Dios no renuncia a su obra; le envía los profetas, la Ley Antigua y por fin a su Hijo Encarnado, para devolver al hombre a la casa celestial y a una magnificencia mayor.
Todo hombre posee la ciencia del bien y del mal, y todo hombre será examinado y juzgado, pues cada hombre tiene libertad de decisión y debe llevar responsablemente su vida y justificar sus acciones. Si desea ir hacia su Creador y orientar sus vida y obras hacia Él, alcanzará los gozos de las mansiones celestiales “que ninguna lengua humana puede explicar”. Y si no, verá eternamente las penas del infierno, donde “no hay ninguna esperanza de gozo o salvación ya que el sol verdadero no lo alegra con su encanto ni derrama sobre ellos la claridad de su fulgor”.
Esta obra, inédita en español, traducida del latín por Rafael Renedo a partir de la edición crítica llevada a cabo por Angela Carlevaris O.S.B. en Ed. Corpus Christianorum, 1995, por iniciativa de Hildegardiana, está sujeta a derechos de autor. Queda expresamente autorizado el uso no venal de esta traducción para fines privados, escolares, académicos, o en el seno de comunidades religiosas.
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