Por qué media parte de la quinta parte de la tierra parece cuadrada y también ella está subdividida en tres partes, una parte inhabitable a causa del calor, otra inhabitable a causa del frío, mientras que la otra parte es habitable por el clima templado. Qué significa esto en relación a la vida humana.

V. La quinta parte, la que está en medio de las cuatro otras partes que se ha dicho al principio, es de forma cuadrada, y es así para poder ser contenida e invadida por las otras de manera uniforme. Eso indica que el tacto debe realizarse en la perfección de las obras y no en la ligereza de los vicios. Y es invadida de calor intenso en un lugar, de frío en otro, de aire templado en el otro, porque el ardor del sol de una parte la quema por su vecindad, el frío de la otra la oprime por la lejanía haciéndola inhabitable a los hombres. En cambio la tercera parte es habitable por el clima templado donde el frío y el calor son moderados. Como los dedos, diferentes entre ellos, dan vigor a la mano cerrándose con fuerza, y lo mismo que los cinco sentidos del hombre, aunque diferentes entre si, son capaces de vencer las tentaciones con el fuego y con el agua, y se prestan ayuda él uno al otro para conquistar las virtudes.
Además estos lugares habitables son símbolo de los fieles, que meditando continuamente sobre la ley divina se levantan totalmente hacia la vida celeste, para hacerse en cierto modo habitables por las buenas obras mientras que los lugares inhabitables son el símbolo de los incrédulos, que en la tentativa de resistir y oponerse a las palabras de Dios y de negar la fe y la verdad, se esfuerzan por renegar de su fe y en cambio, tratan de corromper a los que la cultivan. Por tanto, con su iniquidad se convierte en inhabitables y no conceden espacio al Espíritu Santo para que habite en ellos.

 

Y todavía, las características de estas cuatro partes, y en que lugares están colocados los castigos por las almas de los penitentes que tienen que purgarse. Castigos que en un lugar son ligeros, en otro más severo, en otro decididamente ásperos, en relación al grado de las culpas de los que son puestos a prueba. En las cavidades medianas de estas partes no hay castigos sino horrores monstruosos.

VI La parte oriental de la que hablamos brilla con gran claridad. Porque en ella está el lugar del placer y de las delicias que acoge las almas beatas en un lugar apacible. Esta parte invita al alma a fijar la mirada interior en la visión de la verdadera luz. En cambio, para castigar las culpas de los muchos pecados con que los hombres ofenden la justicia, se han puesto en los cuatro rincones de la tierra lugares de castigo transitorio, en los que las almas de los justos, desnudas del cuerpo, están sometidas a las pruebas que las consecuencias de sus culpas hacen oportunas.
Por tanto la parte occidental es oscura y está como bañada en tinieblas, porque estas tinieblas encierran las penas de los pecados leves y veniales, (es decir los de los hombres que pecan por ignorancia), y en estas tinieblas, cuando el hombre se aleja de las palabras de la verdad, se lo indica su oído.
La parte meridional, que está dividida en tres sectores, tiene los dos sectores laterales llenos de tormentos, donde se castigan los pecados graves de aquellas almas que mientras estuvieron en el cuerpo descuidaron el perfume de las virtudes.
En efecto, en el ángulo de la parte que va de oriente a sur, el aire ardiente, el viento y otros suplicios descargan castigos tremendos, y en ella se examinan a fondo las peores acciones, homicidas, violadores, ladrones y parecidos, porque el juicio de Dios siempre está listo para castigar la impiedad y la falta de fe, y los pecados y las horribles costumbres de los que intentan oponerse a Dios.
En cambio en el ángulo que va del sur a occidente abundan terribles penas, por ejemplo el frío en verano, el calor en invierno y otras, a través de los que se purgan las almas arrancadas del cuerpo de quienes en el momento de la muerte, han tenido apenas tiempo de arrepentirse de sus muchos y graves pecados y que, no habiendo sentido el perfume de las virtudes, se salvarán con dificultad.
El tercer sector, el de medio, no esta lleno de castigos pero infunde miedo por la presencia de imágenes monstruosas y aterrorizadoras. Si esta parte también estuviera llena de tormentos como las otras dos, estaría en ebullición por la excesiva abundancia de penas, haciendo inhabitable la tierra que los hombres habitan. Y por lo demás ya ahora, a causa de las cosas horribles que contiene, a menudo manda epidemias a los hombres y a los animales y perjudica los frutos, y esto ocurre porque los hombres no dejan penetrar en sus almas el perfume de las virtudes.
Así también la parte septentrional, que también se divide en tres sectores, infunde terror con los sectores laterales llenos de muchos tormentos, donde se purgan las almas de los que, poniendo en segundo plano el gusto por la vida verdadera, han preferido favorecer la concupiscencia de la carne.
En el ángulo de la parte que va de oriente a norte hay castigos durísimos hechos de frío y viento y otros tormentos, y en ellos se pone a prueba la incredulidad de algunos hombres faltos de fe, que mientras vivieron en el mundo imitaron a los incrédulos, evitando gustar el sabor de la verdadera fe, y sólo en la hora de su muerte se arrepintieron, volviendo a la fe católica, y solamente al final recuperaron el gusto de la rectitud.
En el otro ángulo, el que va del norte a occidente, abundan los castigos más inmundos, hechos de humedad, barro, hedor insoportable y humo y otros tormentos parecidos. En ellos son analizadas a fondo las obras de los adúlteros, de los glotones y de los borrachos, que se mantuvieron extraños al gusto de la vida.
También infunde terror la zona del medio, llena de cosas horribles, aunque tampoco allí hay lugares de castigo, como se ha dicho, porque si esta parte llena de cosas horribles también contuviera castigos, la tierra habitada por los hombres se vería infectada por sus exhalaciones. Tan solo de vez en cuando las cosas horribles que hay en ella ponen en peligro a los hombres y las otras criaturas, cuando los hombres ya no sienten el gusto de la vida. Y como en la fétida sordidez hormiguean los gusanos, así por los castigos que hay en esta esquina se quita el hedor de los pecados. Y a menudo, el humo de estos lugares de tormento se expande sobre la tierra donde los hombres habitan, y produce epidemias pestilentes entre los hombres y los animales.

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